Los jerbos explorarán y probarán casi cualquier comida y aunque viven felizmente teniendo una dieta a base de mezclas de comida para jerbos, disfrutan mucho probando otros alimentos en pequeñas cantidades. Al igual que nosotros son omnívoros, pueden comer cualquier cosa que podamos comer, pero tienden a preferir los alimentos secos o crujientes. Son fans de las semillas oleaginosas, como las de girasol y las de lino, y adoran el mijo. También se alimentan con insectos, pero esto depende sobre todo de los gustos de cada jerbo.
Los jerbos necesitan menos grasa en su dieta que los hámsters, así que es mejor evitar darles una gran cantidad de semillas de girasol si la mezcla con las que alimentas a los tuyos ya contiene algunas. Las semillas de girasol son el bocado favorito de los jerbos y siempre las eligen primero antes que otros alimentos, podrían llegar engordar mucho.
Caprichos ideales para los jerbos son: el plátano seco, pequeñas cantidades de comida para canarios o periquitos, las semillas de calabaza, los sprays de mijo que se venden para aves en las tiendas de animales, habas cocidas, verduras crujientes como el brócoli crudo, pequeñas cantidades de frutas, como por ejemplo las uvas (pero quítales la piel para que el jerbo pueda acceder fácilmente a la parte interior húmeda,) alfalfa y heno.
Cuando quieras regalar a tu jerbo alguno de estos caprichos, recuerda que siempre debe ser en pequeñas cantidades y eliminar cualquier alimento fresco (como las uvas) en cuanto pierda el interés en él. Si dejas que se quede la comida que no come, la enterrarán y empezará a pudrirse, provocando mal olor y otros riesgos para la salud.
Aunque los jerbos beben muy poco y pueden obtener la mayor parte del agua que necesitan de su dieta, deberían tener siempre acceso al agua, especialmente los jerbos mayores y las hembras embarazadas o en lactancia. Lo mejor es utilizar una botella de agua, ya que los jerbos tienen un instinto natural que consiste en enterrar sus bols de agua.
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