Debido a su procedencia, el jerbo de Mongolia es fuerte y se adapta bien viviendo en zonas con climas extremos, como en la estepa y en el semi-desierto de Asia Central. Su cola es peluda para una mayor protección del frío, y también tienen pelo entre los dedos de los pies.
Todos los jerbos se adaptan a vivir en ambientes muy secos, ya que han evolucionado de manera que conservan la humedad del cuerpo, motivo por el que nunca huelen (ahorran una fortuna en desodorantes); esto también les ayuda a hacer frente a condiciones extremas de calor y frío.
Tienen una vista y un sentido del olfato muy buenos, y su oído es aproximadamente 7 veces mejor que el nuestro, lo que les permite escuchar cualquier peligro acercándose.
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