A
primera vista parace que los gusanos no tienen patas ¿verdad? Pues
en realidad tienen un montón. Si los miras con un
microscopio podrás ver un montón de patas alrededor de su cuerpo,
se llaman setae, ayudan al gusano a moverse. Lo increíble de estas
patas es que los gusanos pueden sacarlas fuera o meterlas hacia dentro
según quieran. Para moverse, el gusano saca las patas de la parte
posterior de su cuerpo y las ancla al suelo, mientras sus músculos
lo empujan hacia adelante. Después, se ancla con el
extremo de la cabeza y lleva el resto del cuerpo hacia
delante.
Fluido
celómico
Los
gusanos producen baba, fluido celómico en grandes cantidades, los mantiene
lubricados mientras excavan. Se cubren con él cuando pasan mucho
frío o calor, o si están molestos por productos químicos o
depredadores. El gusano llamado Didymogaster
sylvaticus, para asustar a los depredadores lanza su baba al aire, por encima de los 30 cm. El gusano de Australia,
Megascolides australis, puede rociar solo hasta 10 cm pero mercía una mención ya que pueden crecer hasta 3,5 metros de largo
y, como su piel es muy frágil, cubren todas sus galerías con tal
cantidad de fluido que puedes oírlos cuando se desplazan a varios
metros de profundidad.
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