Un buen suelo tendrá textura arcillosa en su justa medida para poder drenar bien.
El barro no es buen suelo porque no es ligero y no ventila ni absorbe bien el agua, es pegajoso.
Un suelo muy arenoso tampoco es bueno. El agua pasa directamente a través de él y se queda con todos los nutrientes de la misma.
La mejor manera de conseguir un suelo de calidad, ligero y bien ventilado, es añadiendo humus de lombriz a la tierra del tu jardín.
En comparación con el compost normal, el humus de lombriz puede contener hasta 7 veces más nutrientes esenciales.
Tus plantas serán las más envidias por todos tus amigos (por aquellos que no se dediquen al vermicompostaje...).
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