Siempre y cuando alguien no lo haya hecho antes que tú, recoge un huevo de tu Eglu, pon un poco de agua a calentar y corta un poco de pan. Pon el huevo con cuidado en el agua a fuego lento y el pan en la tostadora. Tendrás más éxito si el huevo está todavía caliente del nido o a temperatura ambiente, y el agua no burbujea como en un jacuzzi.
Cuando el pan esté listo, pon mantequilla y corta en trozos (puedes usar un cortador como los que te ofrecemos en Omlet). Tu huevo debería estar listo justo ahora, sácalo suavemente fuera del agua y ponlo en una huevera cerámica. Un par de detalles harán de este manjar algo realmente exquisito: usa siempre una cuchara de cuerno, ya que el metal absorbe el calor del huevo demasiado rápido y echa a perder su sabor, y usa sal de buena calidad (como la Maldon). También puedes ponerte una servilleta de lino alrededor del cuello.El perfecto huevo a la copa
Un huevo a la copa hervido perfectamente es uno de los placeres de la vida, un momento para mimarse a uno mismo/a.
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